Correspondencias Muertas // Cartas de Frida Kahlo a Diego Rivera.
Correspondencias muertas.
Cartas de Frida Kahlo a Diego Rivera.
Nada comparable a tus manos
ni nada igual al oro-verde de tus ojos.
Mi cuerpo se llena de ti por
días y días.
Eres el espejo de la noche.
La luz violeta del relámpago. La humedad de la tierra.
El hueco de tus axilas es mi
refugio.
Toda mi alegría es sentir
brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los
caminos de mis nervios que son los tuyos.
Mi
Diego:
Espejo de la noche.
Tus ojos espadas verdes
dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos.
Todo tú en el espacio lleno
de sonidos - En la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo el que capta el
color. Yo Cromoforo - La que da el color.
Tú eres todas las
combinaciones de números. La vida.
Mi
deseo es entender la línea la forma el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu
palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a
las tuyas que son mi luz.
11
de junio de 1940
Mi
Diego:
Ahora
que hubiera dado la vida por ayudarte, resulta que son otras las
'salvadoras'... Pagaré lo que debo con pintura, y después aunque trague yo
caca, haré exactamente lo que me dé la gana y a la hora que quiera... Lo único
que te pido es que no me engañes en nada, ya no hay razón, escríbeme cada vez
que puedas, procura no trabajar demasiado ahora que comiences el fresco,
cuídate muchísimo tus ojitos, no vivas solito para que haya alguien que te
cuide, y hagas lo que hagas, pase lo que pase, siempre te adorará tu Frida.
Diego:
Mi amor, hoy me acordé de ti aunque no lo mereces tengo
que reconocer que te amo. Cómo olvidar aquel día cuando te pregunté sobre mis
cuadros por vez primera. Yo chiquilla tonta, tu gran señor con mirada lujuriosa
me diste la respuesta aquella, para mi satisfacción por verme feliz, sin
conocerme siquiera me animaste a seguir adelante. Mi Diego del alma recuerda
que siempre te amaré aunque no estés a mi lado. Yo en mi soledad te digo, amar
no es pecado a Dios. Amor aún te digo si quieres regresa, que siempre te estaré
esperando. Tu ausencia me mata, haces de tu recuerdo una virtud. Tú eres el
Dios inexistente cada que tu imagen se me revela. Le pregunto a mi corazón por
qué tú y no algún otro.
Suyo del alma mía.
Frida K.
Muy interesantes estas cartas, nunca profundicé en la vida de estos artistas, pero me has hecho dar ganas.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Que bueno es que te hayan inspirado leer estas cartas. Un abrazo de vuelta.
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