El diario de Asterión. Un minotaruo en su laberinto. Día 9.
El diario de Asterión
Un minotaruo en su laberinto.
Día 9.
Por: Martín Licona.
Subimos la montaña, la
caminata duró toda la noche. Atenea me guío por la sierra, fuimos platicando
acerca de tu padre, de sus ideas, de la resistencia. ¿Cómo podré borrar mi
pasado, los años en la academia militar, las humillaciones que permití? No es
fácil saber que he errado el camino, y quizá la muerte de tu padre no fue en
vano, él logró inspirar a un pueblo, organizar junto con otros la lucha. Yo, en
cambio, si muero hoy o mañana a nadie le importará, si lucho con el ejercito y
gano la guerra, quien recibe las palmas es el estado; los dioses del olimpo
como los llamaba tu padre. Aunque tú ahora no recuerdes la voz de tu padre, no
recuerdes quien era o como te trataba, podrás saber después por la historia,
por estas hojas que voy a entregarte, quien era tu padre, lo importante que fue
y porque tuvo que dejarte. Si yo muero, nadie sabrá nunca de mí. En el tiempo
en el que tu padre estuvo en prisión su único tormento y alivio a la vez fue tu
recuerdo. Dibujaba tu nombre en el aire, sonreía cada vez que recordaba tu
sonrisa, las mejillas que besaba. Ha llegado el momento de que este diario
llegue hasta tus manos.
¿Qué hace que un hombre sea
un hombre? ¿Qué hace que una vida haya valido la pena vivirla? No lo sé, pero
cuando escuchaba a tu padre hablar de la revolución, cuando recordaba tu cara o
el rostro de su amada, entonces pensaba en todo aquello que había pasado ese
pobre hombre. Asterión sufrió lo que pocos en la prisión, sufrió el exilió de su
casa, el abandono forzado de las personas que más amaba, y sin embargo, su cara
me decía que todo había valido la pena. Nunca supo el destino de la lucha,
nunca supo que la insurrección se desorganizó y que el caos y la violencia reinan
ya en estas tierras. Pero él siempre estuvo tranquilo, siempre me decía: “Amigo, Hermes, si alguna vez fui feliz, fue
en sus brazos, en los brazos de mi pequeño que se enredaban en mi cuello, fue
en la mano tibia de su madre que me sostenía en una caminata. El olvido no
llega nunca a esta prisión, sus sombras están aquí entre estos muros y mi
soledad. Sin embargo, vale la pena luchar por un mejor futuro para ellos. Luché
y me tocó perder, amigo Hermes, luché y perdí, pero alguien más vendrá detrás
de mí, alguien seguirá el camino que dejé. Eso hace que haya valido la pena
todo, amigo.”
¿Qué pasa cuando la vida ya
no alcanza? No lo sé, pequeño Eros, pero de una cosa estoy ahora seguro, el
camino que tu padre recorrió será también mi camino. Vale la vida solo cuando
se ocupa para luchar, luchar contra la injusticia, este mundo se hunde cada día
más en egoísmos. No puedo entender como
hay gente que se muere de hambre mientras otros lavan su cara en tinas de oro.
¿Qué tanto hemos perdido como para que ya no nos importen nuestros hermanos? Nos
han pintado la jaula de azul y creemos que volamos libres, nada más falso que
eso. Aquí nadie es libre, nadie puede serlo y si existe un loco que se atreva a
ser libre, lo encerramos, lo torturamos, como el estado lo hizo con tu padre y
de lo cual yo fui participe. Pero te digo, Eros, con el corazón estrujado en mi
mano, que en memoria de tu padre tomaré la causa, que daré mi vida por la
utopía de un mundo más justo, para conseguir un mundo en donde quepan muchos
mundos, donde nunca la razón se imponga por la fuerza, donde la libertad no sea
solo una palabra. Lucharé como lo hizo tu padre, me uniré a la rebelión. Áyax
me espera ya en lo alto de la montaña, Atenea sabe de mis intenciones y me ha
dado la bienvenida, me dijo: “Un hombre
que ha viajado tantos kilómetros, sin importarle la guerra y el vandalismo que
se viven diario, solo para entregar el diario que el comandante Asterión le
escribió a su hijo, un hombre así, con tal valor y tal arrepentimiento, siempre
será bienvenido.” Por primera vez en la vida me sentí orgulloso de mí, me sentí libre y pleno, fuera de un
uniforme militar, redescubriendo mi individualidad pero a la vez empeñándola en
la lucha comunal.
Ansío el día en que me
encuentre con Ariadna y contigo, para entregarles estas páginas y este canario
que con tanto amor he traído hasta aquí. Seguramente los años han llenado de
canas el cabello de tu madre y a ti te han hecho ya un niño capaz de valerse
solo, estoy seguro que tu padre se sentiría contento con este momento, estoy
seguro que nos mira y a guiado mis pasos para encontrarme con ustedes, pero
también para encontrarme conmigo.
Sé que cuando sepas todo lo
que tu padre te quiso y todo lo que arriesgo por ti, no habrá en tu corazón
reproche, sé que entenderás porque no pudo cargarte más, porque no pudo darte
más besos y sonrisas, porque de sus labios ya no salieron los “te amo” que te decía desde lo más
profundo de su corazón. Estoy seguro que estarás orgulloso de tu padre, que tu
madre estará conmovida y que sabrán que la lucha ha valido la pena. Que vale la
pena ser diferente y morir luchando para alcanzar esa utopía que parece
inalcanzable.
No tengo más que contarte,
querido Eros, salvo recordarte que tu padre te amó hasta el último respirar,
que siempre tuvo en su mente tu recuerdo, que sus ojos solo brillaban ante el
recuerdo de ustedes –de ti y de tu madre- que murió insatisfecho y preocupado
por todo lo que hizo sufrir a tu madre con esta lucha y esta ausencia. No
olvides nunca, Eros, que tu padre sacrificó la vida para salvarte a ti y a
todos de esta voracidad que nos consume. Yo continuaré el legado de mi amigo,
Asterión, el último minotauro.
Te dejó la carta que te escribió
antes de su muerte, la pude reconstruir para ti:
Precioso, realmente hermoso. Me lo guardo!!! A seguir con la historia!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Julian... en una semana se publica el día 10.
Eliminar:( Que hermoso esta, llore.
ResponderEliminarGracias, Elida... no te pierdas el día 10, que se publica en una semana. Los demás días los puedes encontrar en el blog, para que conozcas toda la historia.
EliminarEsta bueno el dibujo, lo demás es masturbación anal
ResponderEliminarLa imagen es de Picasso, es hermosa. Gracias por tu crítica.
EliminarEste fue el que más me gustío. :D
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